Cuidados de la prenda

Cómo cuidar tu remera de algodón:

Primero que nada, lavala a mano y con agua fría. Sí, ya sé, es más trabajo que ponerla en el lavarropas, pero tu remera lo va a agradecer. El algodón es noble, pero si lo lavás con agua caliente o usas centrifugados agresivos, puede encogerse, perder color o deformarse. Con agua fría y un poco de jabón suave, la mantenés fresca, con sus colores vivos y su forma original.

¿Cómo lavarla? Sumergila en un fuentón con agua fría y un chorrito de jabón líquido (neutro, blanco o de los que son para ropa delicada). Dale unas movidas suaves con las manos. Si hay una manchita rebelde, frotala con cariño usando solo los dedos o un trapito suave. Después enjuagá bien, sin retorcerla como si fuera una toalla.

Para secar, lo ideal es colgarla a la sombra, estirada, sin que le dé el sol directo (que le apaga los colores). Nunca uses la secadora: es el peor enemigo del algodón. Como consejo extra podés extenderla sobre una toalla, enrollarla un poco para sacarle el exceso de agua, y después colgarla.

¿Y para planchar? Dala vuelta (¡esto es clave!), poné la plancha en temperatura media-baja y, si podés, usá un pañito entre la plancha y la remera. Así evitás el brillo que a veces deja el calor directo. Si está un poquito húmeda, mejor todavía: sale lisa como nueva.

¿Y si quiero lavarla en lavarropas? 

No es lo que recomendamos, pero en caso de que te de fiaca lavar a mano, asegurate de poner la prenda del lado del reverso en modo agua fria, con un centrifugado suave. No uses productos abrasivos como lavandinas, jabones fuertes o sacamanchas, y no mezcles colores! 

 

En resumen: tratala con amor, ya que es una prenda especial (y queremos que lo siga siendo por muchos años). Lavado a mano + agua fría = remera feliz. ¡Y vos también, porque te va a durar mucho más y seguir viéndose genial!